— ¡Buenos días! —dijo el principito.
— ¡Buenos días! —respondió el comerciante. Se trataba de un comerciante de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya no se sienten ganas de beber. — ¿Por qué vendes eso? —preguntó el principito. — Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana. — ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos? — Lo que cada uno quiere… “Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos para gastarlos en lo que quisiera —pensó el principito— caminaría tranquilamente hacia una fuente…” (Fuente: “El pincipito” de A. de Saint-Exupèry.) Feliz martes¡¡¡
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Junio 2017
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