Un abad del monasterio de Esceta recibió a un joven que quería seguir el camino espiritual…
– ¡Qué bien! dijo al falso mendigo ¡Durante un año entero tuve que pagar a todos los que me agredían y ahora puedo ser agredido gratis, sin gastar nada! Al oír esto, el abad se dio a conocer. – Quien es capaz de no darle importancia lo que los otros dicen es un hombre que está en el camino de la sabiduría. Tú ya no te tomas los insultos en serio, y por lo tanto estás listo para el próximo paso. Autor: Paulo Coelho Feliz lunes¡¡¡
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San Antonio vivía en el desierto, cuando se aproximó un joven…– Padre, vendí todo lo que tenía y di el dinero a los pobres. Solo guardé unas pocas cosas para que me ayuden a sobrevivir aquí. Me gustaría que me enseñara el camino de la salvación.
San Antonio pidió al muchacho que vendiese también las pocas cosas que había guardado y con el dinero obtenido comprase carne en la ciudad. Al regreso, debía traer la carne atada a su cuerpo. El muchacho obedeció. Al regresar, fue atacado por perros y halcones, que querían un pedazo de la carne.
Autor: Paulo Coelho Feliz viernes¡¡¡ En el monasterio de Esceta, el abad Lucas reunió a los frailes para el sermón.
-Que nunca seáis recordados – les dijo. -Pero ¿cómo? –respondió uno de los hermanos – ¿es que acaso nuestro ejemplo no puede ayudar a quien lo necesita? – En los tiempos en que todo el mundo era justo, nadie concedía importancia a las personas ejemplares – respondió el abad – Todos daban lo mejor de sí mismos, sin pretender, con eso, cumplir su deber con el hermano. Amaban a su prójimo porque entendían que esto era parte de la vida, y no estaban haciendo nada especial al respetar una ley de la naturaleza. Dividían sus bienes para no tener que estar acumulando más de lo que podían cargar, ya que los viajes duraban la vida entera. Vivían juntos en libertad, dando y recibiendo, sin nada que cobrar o culpar a los otros. Por eso sus hechos nunca fueron relatados, y ellos no dejaron ninguna historia. Ojalá pudiéramos conseguir lo mismo en el presente: hacer del bien algo tan común que no haya necesidad de exaltar a quienes lo practican. Autor: Paulo Coelho Feliz miércoles¡¡¡ Un guerrero de la luz jamás hace trampas, pero sabe distraer a su adversario…
Por más ansioso que esté, juega con los recursos de la estrategia para alcanzar su objetivo. Cuando percibe que está llegando al fin de sus fuerzas, hace que el enemigo piense que no tiene prisa. Cuando tiene que atacar el lado derecho, mueve sus tropas hacia el lado izquierdo. Si pretende iniciar la lucha inmediatamente, finge que tiene sueño y que se prepara para dormir. Los amigos comentan: “hay que ver cómo ha perdido su entusiasmo”. Pero él prescinde de sus comentarios, porque los amigos no conocen sus tácticas de combate. Un guerrero de la luz sabe lo que quiere. Y no necesita dar explicaciones. Autor: Paulo Coelho Feliz jueves¡¡¡ Durante años, Hitoshi intentó – inútilmente – despertar el amor de aquella a quien consideraba ser la mujer de su vida. Pero el destino es irónico: el mismo día en que ella lo aceptó como futuro marido, también descubrió que tenía una enfermedad incurable y le quedaba poco tiempo de vida.
Seis meses después, ya a punto de morir, ella le pidió: – Quiero que me prometas una cosa: que jamás te volverás a enamorar. Si lo haces, volveré todas las noches para espantarte. Y cerró los ojos para siempre. Durante muchos meses, Hitoshi evitó aproximarse a otras mujeres, pero el destino continuó irónico, y él descubrió un nuevo amor. Cuando se preparaba para casarse, el fantasma de su ex amada cumplió su promesa y apareció. -Me estás traicionando –le dijo. -Durante años te entregué mi corazón y tú no me correspondías –respondió Hitoshi. –¿No crees que merezco una segunda oportunidad de ser feliz? Pero el fantasma de la ex-amada no quiso saber de disculpas, y todas las noches venía para asustarlo. Contaba con todo detalle lo que había sucedido durante el día, las palabras de amor que él había dicho a su novia, los besos y abrazos que se habían intercambiado. Hitoshi ya no podía dormir, así que fue a buscar al maestro zen Bashô. -Es un fantasma muy listo – comentó Bashô. -¡Ella sabe todo, hasta los menores detalles! Y ya está acabando con mi noviazgo, porque no consigo dormir y en los momentos de intimidad con mi amada me siento muy inhibido. -Vamos a alejar a este fantasma – garantizó Bashô. * * * * * Aquella noche, cuando el fantasma retornó, Hitoshi lo abordó antes de que dijera la primera frase. -Eres un fantasma tan sabio, que haremos un trato. Como me vigilas todo el tiempo, te voy a preguntar algo que hice hoy: si aciertas, abandono a mi novia y nunca más tendré mujer. Si te equivocas, has de prometer que no volverás a aparecer, bajo de pena de ser condenado por los dioses a vagar para siempre en la oscuridad. -De acuerdo –respondió el fantasma, confiante. -Esta tarde estaba en el almacén y en un determinado momento cogí un puñado de granos de trigo de dentro de un saco. -Sí, lo vi –dijo el fantasma. -La pregunta es la siguiente: ¿cuántos granos de trigo tenía en mi mano? El fantasma, en ese instante, comprendió que no conseguiría jamás responder la pregunta. Y para evitar ser perseguido por los dioses en la oscuridad eterna, decidió desaparecer para siempre. * * * * * Dos días después, Hitoshi fue hasta la casa del maestro zen. -Vine a darle las gracias. -Aprovecha para aprender las lecciones que hacen parte de esta experiencia – respondió Bashô: “En primer lugar, aquel espíritu volvía siempre porque tenías miedo. Si quieres alejar una maldición, no le des la menor importancia. “Segundo: el fantasma sacaba provecho de tu sensación de culpa: cuando nos sentimos culpables, siempre deseamos –inconscientemente- el castigo. “Y, finalmente: nadie que realmente te amara te obligaría a hacer ese tipo de promesa. Si quieres entender el amor, aprende la libertad.” Autor: Paulo Coelho Feliz lunes¡¡¡ Cierta mañana Nasrudin – el gran místico sufí que siempre fingía ser loco – envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al medio de la plaza de su ciudad y llamó a los que pasaban por allí…
– ¡Hoy tendremos un importante concurso! – dijo – ¡Quien descubra lo que está envuelto en este pañuelo, recibirá de regalo el huevo que está dentro! Las personas se miraron, intrigadas, y respondieron: -¿Cómo podemos saberlo? ¡Ninguno de nosotros es adivino! Nasrudin insistió: – Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está contenido dentro de una cáscara que se rompe fácilmente. Es un símbolo de fertilidad, y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos, Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido? Todos los habitantes pensaban que Nasrudin tenía en sus manos un huevo, pero la respuesta era tan obvia que nadie quiso pasar vergüenza delante de los otros. ¿Y si no fuese un huevo, sino algo muy importante, producto de la fértil imaginación mística de los sufís? Un centro amarillo podía significar algo del sol, el líquido a su alrededor tal vez fuese algún preparado de alquimia. No, aquel loco estaba queriendo que alguien hiciera el ridículo. Nasrudin preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo impropio. Entonces él abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo. – Todos vosotros sabíais la respuesta – afirmó – y nadie osó traducirla en palabras. Así es la vida de aquellos que no tienen el valor de arriesgarse: las soluciones nos son dadas generosamente por Dios, pero estas personas siempre buscan explicaciones más complicadas, y terminan no haciendo nada. Autor: Paulo Coelho Feliz martes¡¡¡ El gran maestro Taoísta Chuang Tzu soñó una vez que era una mariposa revoloteando aquí y allá…
En el sueño no tenía conciencia de su individualidad como persona. Era sólo una mariposa. De pronto, se despertó y se encontró ahí acostado, una persona otra vez. Pero entonces pensó para sí mismo, “¿Era antes un hombre que soñaba ser una mariposa, o soy ahora una mariposa que sueña ser un hombre?” Feliz jueves¡¡¡ Poco se conoce sobre la vida del filósofo chino Confucio: se cree que vivió entre 551-479 A.C. De sus obras conocidas, algunas son atribuidas directamente a él, otras fueron compiladas por sus discípulos. En uno de estos textos, “Conversaciones familiares”, existe un interesante diálogo respecto al aprendizaje:
Confucio se sentó para descansar, y pronto los alumnos empezaron a hacerle preguntas. Aquel día el Maestro estaba bien dispuesto, y decidió responder. -Usted consigue explicar muy bien todo lo que siente. ¿Por qué no va hasta el Emperador y habla con él? -El Emperador también hace bellos discursos -dijo Confucio. -Y los bellos discursos son apenas una cuestión de técnica; ellos no traen consigo la Virtud. -Entonces, envíele su libro de poemas. -Los trescientos poemas allí escritos pueden ser resumidos en una sola frase: “piensa correctamente”. Este es el secreto. -¿Qué es pensar correctamente? -Es saber usar la mente y el corazón, la disciplina y la emoción. Cuando se desea una cosa, la vida nos guiará hacia ella, mas por caminos inesperados. Muchas veces nos dejamos confundir porque estos caminos nos sorprenden, y entonces creemos que estamos yendo en la dirección equivocada. Por eso yo dije: déjate llevar por la emoción, pero mantén la disciplina de seguir adelante. -¿Y usted hace eso? -A los quince años, comencé a aprender. A los treinta, pasé a tener la certeza de lo que deseaba. A los cuarenta, las dudas retornaron. A los cincuenta años, descubrí que el Cielo tiene un proyecto para mí y para cada hombre sobre la faz de la Tierra. A los sesenta, comprendí este proyecto y encontré la tranquilidad para seguirlo. Ahora, a los setenta años, puedo escuchar mi corazón sin que él me haga salir del camino. Entonces, ¿qué es lo que le hace diferente de los otros hombres que también aceptan la voluntad del Cielo? -Yo procuro dividirla con vosotros. Y quien consigue discutir una verdad antigua con una generación nueva debe usar su capacidad de enseñar. Esta es mi única cualidad: ser un buen profesor. -¿Qué es un buen profesor? -El que examina todo lo que enseña. Las ideas antiguas no pueden esclavizar al hombre porque ellas se adaptan y adquieren nuevas formas. Entonces, tomemos la riqueza filosófica del pasado sin olvidar los desafíos que el mundo presente nos propone. -¿Qué es un buen alumno? -Aquel que escucha lo que yo le digo, pero adapta mis enseñanzas a su vida y nunca las sigue al pié de la letra. Aquel que no busca un empleo, sino un trabajo que lo dignifica. Aquel que no busca ser notado, sino hacer algo notable. Feliz viernes¡¡¡ Maestro, noto que mi actitud individualista me crea problemas, el grupo se resiste a aceptarme. ¿Qué puedo hacer?…
Hijo, todo depende de adonde quieres volar. Los cóndores vuelan solos y los pavos en bandada, pero los pavos van de árbol en árbol mientras los cóndores de montaña en montaña. Tu problema no es que el grupo no te acepte sino que como cóndor te estás juntando con pavos. Busca a tu tribu y serás feliz Fuente: Cuentos Zen para la vida diaria y los negocios. Mariano Merino Feliz martes¡¡¡ No hijo, ese es un estúpido. Valiente es el que hace lo correcto, el que se entrena y mantiene sus destrezas y su estado físico, el que piensa claramente y mantiene a raya sus miedos, el que no siente que depende de algo o alguien, el que no se ata a nada o nadie, el que mantiene una distancia emocional y mental con su entorno. Ese es un
valiente. Feliz lunes¡¡¡ |
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Junio 2017
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