Con frecuencia nos preocupamos mucho más de lo que creemos y la preocupación se vuelve un hábito. Consideramos la preocupación como algo positivo.
Pensamos que es:
La preocupación es positiva, cuando dura sólo el tiempo necesario para encontrar una solución y actuar. Hay algo que podemos hacer para salir de ese patrón. Hoy te propongo algo muy sencillo: Piensa en alguna situación que te preocupa. Pon tu atención en ese sentimiento. Mantenla allí, unos momentos más. Ahora cuenta del 20 al 0 en voz alta. Recuerda tus mejores vacaciones o piensa en una situación que hayas disfrutado plenamente. Fija tu atención en la mayor cantidad de detalles posibles. Si quieres cierra los ojos, para recordarlo mejor. ¿Cómo te sientes? ¿Qué pasó con la preocupación anterior? En el momento en que dejaste de pensar en la situación que te preocupa y fijaste tu atención en una situación agradable, tus sentimientos cambiaron. ¿Qué te indica esto? Como puedes ver, la preocupación esta ligada a nuestros pensamientos y nosotros podemos decidir, qué queremos pensar. Es imposible, por muy inteligentes que seamos, pensar en dos cosas en el mismo instante. Cuando un pensamiento sustituye a otro, la emoción que acompaña al primero, es sustituida también, por la que provocó el segundo. Feliz martes¡¡¡
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Junio 2017
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