El siguiente post es de Amy Morin, Licenciada en Trabajo Social Clínico de Lincoln, Maine. Además de su trabajo como psicoterapeuta, es también instructora psicológica universitaria adjunta y sirve como experta en la crianza de hijos adolescentes en About.com… La psicología a menudo habla de la salud mental pero lo que no se discute a menudo es una clara definición de salud mental. Para mí, la fuerza mental significa que usted regula sus emociones, dirige sus pensamientos y se comporta de una manera positiva, a pesar de sus circunstancias.
El desarrollo de la fuerza mental consiste en encontrar el coraje para vivir de acuerdo a sus valores y ser lo suficientemente audaz para crear su propia definición de éxito. La fuerza mental implica algo más que la fuerza de voluntad, requiere un trabajo duro y responsabilidad. Se trata de establecer hábitos saludables y la decisión de dedicar su tiempo y energía a la auto-mejora. Existen muchos ejercicios que pueden ayudarte en el desarrollo de la fuerza mental y para empezar te propongo estos 5: 1. Evalúa tus creencias fundamentales: Todos tenemos desarrollado un núcleo de creencias sobre nosotros mismos, nuestras vidas y el mundo en general. Creencias básicas se desarrollan con el tiempo y dependen en buena parte de nuestras experiencias pasadas. Seas consciente de tus creencias básicas o no, influyen en sus pensamientos, su comportamiento y sus sentimientos A veces, las creencias básicas son inexactas e improductivas. Por ejemplo, si usted cree que nunca tendrá éxito en la vida, podría ser menos propenso de solicitar nuevos puestos de trabajo – y sin darse cuenta, podría no presentarse bien en las entrevistas de trabajo Por eso, su creencia base puede convertirse en una profecía auto-cumplida, Identifique y evalúe sus creencias básicas. Mira las creencias que son negro o blanco , y entonces busca excepciones a la regla. Muy pocas cosas en la vida son ” siempre” o “nunca” verdad. La modificación de las creencias fundamentales requiere la intención deliberada y trabajo duro, pero esto puede cambiar todo el curso de su vida. 2. Gastar su energía mental Sabiamente: Desperdiciar el poder del cerebro rumiando sobre cosas que no puedes controlar vacía la energía mental rápidamente. Cuanto más piensas en los problemas negativos que no se pueden resolver, menos energía tendrás de sobra para los esfuerzos creativos. Por ejemplo, sentarse y preocuparse por el pronóstico del tiempo no es útil Si una tormenta se dirige hacia ti, preocuparse no lo impedirá. Puedes, sin embargo, optar por prepararte para ella. Concéntrese sólo en lo que está dentro de su control. Guarde su energía mental para las tareas productivas, tales como la resolución de problemas o la creación metas. Cuando tus pensamientos no sean productivos, hacer un esfuerzo consciente para cambiar tu energía mental a temas más útiles. Cuanto más practiques usar tu energía mental sabiamente, más se convertirá en un hábito. 3. Reemplace los pensamientos negativos con pensamientos productivos: Aunque la mayoría de nosotros no pasa tiempo pensando sobre nuestros pensamientos, aumentar tu conciencia sobre tus hábitos de pensamiento se demuestra útil en la construcción de resiliencia. Los pensamientos negativos exagerados, como, “nunca puedo hacer nada bueno”, te impiden alcanzar tu máximo potencial. Caza tus pensamientos negativos antes de que se disparen fuera de control e influyan en tu comportamiento. Identifica y reemplaza pensamientos demasiado negativos con pensamientos que son más productivos. Los pensamientos productivos no necesitan ser extremadamente positivos, pero deben ser realistas. Un pensamiento más balanceado podría ser, “Tengo algunas debilidades, pero también tengo muchas fortalezas”. Cambiar tus pensamientos requiere una constante vigilancia, pero el proceso puede jugar un papel decisivo en ayudarlo a convertirse en su mejor yo. 4. Práctica Tolerar el disconfort: Ser mentalmente fuerte no significa que no experimenta emociones. De hecho, la fuerza mental requiere hacerse muy consciente de tus emociones para poder tomar la mejor decisión sobre cómo responder. La fuerza mental es aceptar sus sentimientos sin ser controlado por ellos. La fuerza mental también involucra un entendimiento de cuando tiene sentido comportarse contrario a tus emociones. Por ejemplo, si experimentas ansiedad que te impide intentar cosas nuevas o aceptar nuevas oportunidades, intenta salir de tu zona de confort si quieres continuar desafiándote. Tolerar emociones incómodas lleva práctica, pero se hace más fácil a medida que tu confianza crece. Practique comportarse como la persona que quieres llegar a ser. En lugar de decir: “Me gustaría poder ser más sociable,” elige a comportarte de una manera más sociable, ya sea que te guste o no. Algo de incomodidad es a menudo necesaria para un mayor beneficio, y tolerar esa incomodidad te ayuda a hacer de tu visión una realidad, un pequeño paso a paso en el tiempo. 5. Reflexione sobre su progreso diario: El ajetreado mundo de hoy no se presta a hacer mucho tiempo disponible para la reflexión tranquila. Cree tiempo para reflexionar sobre su progreso hacia el desarrollo de la fuerza mental. Al final de cada día, pregúntate qué has aprendido sobre tus pensamientos, emociones y comportamiento. Considera lo que esperas mejorar o lograr mañana. El desarrollo de la fuerza mental es un trabajo en progreso. Siempre hay espacio para mejorar, ya veces esto parecerá más difícil que en otras ocasiones Reflexionar sobre su avance puede reforzar su capacidad para llegar a su definición de éxito, mientras vive de acuerdo con sus valores. Feliz miércoles¡¡¡
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Junio 2017
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