Las dudas nos mantienen atrapados en un pasado que ya pasó…y eso, créeme, envejece y lo contrario, la confianza rejuvenece. ¿No me crees? Compruébalo por ti mismo ... Cuando sentimos confianza hacia alguien o algo nos sentimos cómodos para expresar lo que queremos de la mejor forma. Cuando tenemos dudas, nos retraemos y amordazamos una parte de nosotros que quiere ir más allá, experimentar con lo nuevo, dejando atrás lo vivido. No es justo permitir que algo tan pequeño como una duda nos frene. Y tampoco sería muy inteligente actuar desde la inseguridad. ¿Qué hacemos entonces? 1.- Conoce los pensamientos de tus dudas. ¿Cuál es el pensamiento que se esconde detrás y te está frenando? ¿Qué cosas te está diciendo? ¿Son verdades capitales o solo han sido verdad en algunos momentos de tu vida? 2.- Conoce y siente las emociones de tus dudas. Cuando estás con la duda, ¿Cómo te sientes?, ¿Qué es lo que realmente sientes? ¿En qué parte de tu cuerpo sientes eso? 3.- Escuche, observa el mensaje de tus dudas. Si quisieran hacer algo bueno por ti, si te estuvieran tratando de ayudar, aunque no lo parezca, ¿Qué tipo de información te estarían dando? ¿Para qué te sirve esa información en estos momentos? 4.- Aplica la información obtenida y sal de dudas. Es sencillo, si lo aplicas y te tomas el tiempo de indagar, verás que lo que parecía negativo en un momento, se convierte en algo positivo y bueno para ti. Te ayudará a conectarte y conocerte mejor y ganarás confianza. Te animo a probarlo y a que me cuentes cómo te ha ido… Te dejo este video de la película, “Angel-a” de Luc Besson para que te inspires:
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
AutorÁngeles Prol Archivo
Junio 2017
Categorías |