Cuando la vida te presenta una circunstancia en apariencia, insuperable, puedes dejarte aplastar por ella, o puedes proponerte convertirla en un triunfo. Quizás tiembles con el dolor, la pérdida o el miedo, como tiembla una hoja al viento. En este caso, sé la hoja al viento. Esa hoja no es cobarde y tú tampoco lo eres. Tú eres un ser humano al viento; temblar es humano… Lo que determina que un suceso sea un triunfo, no es lo que hacemos o no hacemos solamente, sino la actitud con la que lo hacemos. Cuando te enfrentes con voluntad a tu crisis y saques de ella el mejor partido posible, cuando puedas decirte a ti mismo o a los demás, “estoy convirtiendo esta crisis en un triunfo”, entonces habrás conseguido precisamente eso. En concreto conviertes la crisis en triunfo tomando la decisión de vivir la crisis: sintiendo verdaderamente el dolor, la pérdida o el miedo. Conviertes la crisis en triunfo entrando en contacto con el propósito más profundo de tu deseo que se está frustrando, y trabajando sobre ese deseo. Conviertes la crisis en triunfo, haciendo las paces con tu pasado, teniendo la aceptación suficiente para poder dejar por fin el pasado como verdadero pasado. Conviertes la crisis en triunfo aprendiendo todo lo que puedas, por mucho que te desagraden los sucesos. Dite a ti mismo: “puedo aprender y desarrollarme con esta crisis. Aquí hay algo que aprender, ¿Qué es? Y no olvides que en la mayoría de las grandes crisis hay una pérdida que puedes aceptar, amar y soltar. A partir de ahí llegan nuevas ganancias. (Fuente: “El libro del amor” Dr. Frank Andrews) Feliz miércoles ¡¡¡
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Junio 2017
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