A estas alturas ya nadie pone en duda la importancia de la fusión entre Capital Intelectual y Capital Emocional para el éxito no solo profesional sino también personal... Kevin Thomson (1998) es su libro “Emotional Capital” propone la siguiente metáfora ilustrativa de los conceptos de capital intelectual y capital emocional. El capital intelectual y el capital emocional, a pesar de ser conceptos en estrecha relación, presentan diferencias. Los “corazones y mentes” son dos caras de la misma moneda.
El capital intelectual es equivalente a una “mente gigante” que solo puede desarrollar su trabajo si dispone de un motor adecuado, “un corazón gigante”, que es el capital emocional. Las emociones están integradas por sentimientos como apatía, confianza, determinación, compromiso, estrés, entusiasmo… Las empresas empiezan a reconocer la importancia del conocimiento emocional. La gestión de las emociones se convertirá en la competencia esencial en las empresas con éxito en los próximos años y ya en estos momentos, afortunadamente estamos dando pasos de gigante. Como Coach, puedo decir que me enorgullezco de mis “clientes empresas” que ya han apostado por hacer de la “gestión de sus emociones” una prioridad, traduciendo estos avances en sus cuentas de resultados. Podemos y debemos hacerlo. Capitalizando nuestras emociones, capitalizamos nuestras mentes y nuestros resultados. Feliz miércoles¡¡¡
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Junio 2017
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