A veces, solo hay que esperar…
Un oso caminaba por el puente cuando dos coches, que lo cruzaban en ambos sentidos, lo espantaron y saltó por la baranda del puente. Logró asirse al arco de hormigón de 100 metros de altura. De alguna manera, el oso se las arregló para no caer y quedó atrapado entre los pilares del puente… Un grupo de especialistas acudió a rescatarlo, pero, al estar anocheciendo, no pudieron hacer nada y pensaron que caería al vacío. Regresaron al día siguiente y encontraron al oso durmiendo tranquilamente donde estaba atrapado. El rescate no fue fácil, pues el animal se había agazapado en un lugar de difícil acceso. Después de asegurar una red debajo del puente, le pusieron un dardo tranquilizante, lo empujaron para que cayera en la red, lo bajaron, despertó de su “siesta” y siguió su camino como si nada hubiera ocurrido. Feliz martes¡¡¡
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Junio 2017
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