En el curso de sus peregrinaciones entre los cinco picos cubiertos por brumas centelleantes, Zhuangzi se cruzó con el rey de Wei y su séquito, que habían ido a hacer una comida campestre a orillas del río de la Tranquilidad. El sabio llevaba puesto un vestido de tela toscamente remendada, sus sandalias agujereadas estaban atadas con trozos de cordel…
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Es fácil confundirse entre la belleza y la fealdad, si únicamente miramos la apariencia. Si miramos más allá reconoceremos en seguida a la auténtica belleza. Cuento precioso de Gibrán Jalil Gibrán…
Todos tenemos prisa por llegar a algún lugar, para hacer algo, para terminar pronto y comenzar lo siguiente…y así vivimos con el estrés subido de revoluciones. Aunque sólo fuera por un día, solo por hoy, que tal si vivimos el momento…
Había una vez dos niños que patinaban sobre una laguna helada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación. De pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua, quedando atrapado… El otro niño, viendo que su amigo se ahogaba bajo el hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró romper la helada capa, agarró a su amigo y lo salvó.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaban cómo lo hizo, pues el hielo era muy grueso. – Es imposible que lo haya podido romper con esa piedra y sus manos tan pequeñas – afirmaban. En ese instante apareció un anciano y dijo: – Yo sé cómo lo hizo. – ¿Cómo? – No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo. Feliz día¡¡¡ Había una vez y no había una vez, en una noche oscura y fría, desde la última casa del pueblo, muy cerca del bosque, se ve una luz tenue que sale de sus ventanas… Dentro Tara, una mujer joven intenta calentarse acercándose al fuego del hogar. Tiene que tomar una difícil decisión y le cuesta respirar. Con un golpe de aire la ventana se abre y entra en la vivienda un aire gélido, corre a cerrarla y vuelve junto al fuego. Tras un rato se queda dormida en el suelo, apoyada en la pared.
Entra en un sueño profundo que la lleva a distintos paisajes; se ve caminando a través de un robledal, hace un día de primavera espléndido, recibiendo los rayos del sol a través de los árboles, no siente preocupación alguna, todo está en calma y el calor del día la reconforta. Escucha una música que viene del interior del bosque que la anima a seguir hasta el final de un sendero. Cada vez se la escucha más cercana, es una melodía posiblemente de una flauta. Subiendo una pequeña colina encuentra un bello y hermoso roble, con nudos en sus ramas y un ancho tronco, Tara se queda impresionada mirándolo. En ese momento la música cesa, y se hace el silencio. El bosque no emite sonido alguno. Del centro del tronco surge una nariz, luego unos labios y finalmente unos ojos cansados, ya que es un árbol centenario. Tara se acerca un poco más para comprobar lo que efectivamente está viendo. En ese momento surge una voz dulce y suave. Tara no se asusta, todo lo contrario, aumenta su curiosidad y da un paso más. – Buenos días, mi hijita. – Tara responde, buenos días señora. – ¿Ya sabrás por qué estás aquí verdad? – He seguido la música, había oído hablar de ti pero no me habías llamado hasta ahora. – Es el momento en que tienes que empezar a usar tu intuición. Tengo la misión de despertar en ti esa facultad que tenemos todos. No hay tiempo, estás en un grave peligro y necesitas saber qué camino tomar. – Y ¿cómo la reconozco, dónde la encontraré?. Preguntó Tara. – Querida niña, está dentro de ti, no te has de mover en su busca, va contigo para que la preguntes y la escuches. – ¿Dentro de mi? – Así es. Como has sido capaz de escuchar mi música, así has de atender a tu interior, de tu corazón surge una sabiduría que tú ya tienes, que te ayudará a tomar el camino correcto. – Es como la música de este bosque, continuó la anciana del roble, si aquietas tu mente y escuchas tu interior, tendrás todas las respuestas que necesites. Tienes que dejar fuera a la mente, para que no interfieran con los deseos en tu conversación. Tara movía la cabeza afirmativamente mirando hacia la anciana y a la vez sentía que se le abría en el centro del pecho una ventana, para poder hablar con su corazón. Necesitas ponerte en marcha, niña mía, fuera de este sueño que te arropa se prepara una tormenta enorme. No puedes esperar más tiempo a que todo se arregle, tu casa no soportará más el fuerte viento. Coge ropa de abrigo e inicia un camino de transformación, porque así ha de ser. Estas tierras ya no son seguras. Aprieta contra tu pecho todo lo bueno que recuerdas. Vuela con tu corazón surcando el cielo, acaricia las nubes y siente… No dejes entrar al miedo, ni dudes. Solo siente el amor que tienes en tu interior, esto te dará confianza y alegría para seguir. Tú misma eres y estás hecha de amor. – ¿Y qué dirección he de coger? – Lo sabrás en cuanto inicies la marcha. Confía en tu intuición, en tu voz interior. Tara abrazó a su amiga, y partió hacia los límites del sueño. Caminaba tranquila, feliz, se sentía acompañada y ya no tenía miedo. (Fuente: teveocuentosparamujeres.blogspot.com.es) Feliz miércoles¡¡¡ Ten calma, desacelera el ritmo de tu corazón silenciando tu mente… Afirma tu paso con la visión del futuro.Encuentra la calma de las montañas.
Rompe la tensión de tus nervios y músculos con la dulce música de los arroyos que viven en tu memoria. Vive intensamente la paz del sueño. Aprende a tomar vacaciones de un minuto, al detenerte a mirar una flor, al conversar con un amigo, al contemplar un amanecer o al leer algunas líneas de un buen libro. Recuerda que vivir más intenso no quiere decir vivir más rápido y que la vida es más que aumentar la velocidad. Voltea hacia las ramas del roble que florece y comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien. Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas. Hellen Keller Feliz martes¡¡¡ No hay nadie igual a ti... Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo…
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: “Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda”. Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena… Feliz lunes¡¡¡ El maestro le insistía a su discípulo, una y otra vez, sobre el sosiego… Deja que tú mente se remanse, se tranquilice, se sosiegue. Silencia el griterío de tus pensamientos.– Pero, ¿qué más? Preguntaba impaciente el discípulo.
– De momento, sólo eso. Y cada día exhortaba al discípulo a que se sosegase, superando toda agitación, y encontrase un estado interno de quietud. Un día, el discípulo, harto de recibir siempre la misma instrucción, preguntó: – Pero, ¿por qué consideras tan importante el sosiego? – Acompáñame, le pidió el maestro. Lo condujo hasta un estanque y con un palo comenzó a agitar sus aguas. Entonces, preguntó: – ¿Puedes ver tú rostro en el agua? – ¿Cómo lo voy a lograr si el agua está agitada? Así no es posible -protestó el discípulo pensando que el maestro se burlaba de él. – De igual manera, mientras estés agitado no podrás ver el rostro de tu yo interior. En la reconfortante quietud de la mente, cuando el griterío de los pensamientos es silenciado, brota la voz del ser interior. (Fuente: cuentos espirituales del Himalaya de Ramiro Calle) Feliz viernes¡¡¡ |
AutorÁngeles Prol Archivo
Junio 2017
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