Las creencias limitantes son ideas, opiniones o pensamientos negativos que consideramos como ciertas, sin que lo sean, y que tienen una influencia condicionante en nuestra vida. Quizá por una mala experiencia, quizá porque nos lo han repetido cien veces, nos creemos algo que no se corresponde con la realidad. En el campo opuesto, tenemos las creencias potenciadoras, las ideas en positivo. Las creencias limitantes nos bloquean o anulan, las creencias potenciadoras nos impulsan a avanzar… Para cambiar una creencia limitante por una creencia que te potencie te voy a dejar una técnica de PNL de las más sencillas:
(Fuente: PNL en acción) Feliz día¡¡¡
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En un mundo tan cambiante como el actual, una de las capacidades más importantes es la de hacer buenas preguntas. Formular preguntas impulsa el pensar hacia adelante… Cuando la mente está preocupada, permanece girando en torno a un mismo asunto, convirtiendo al preocupado en un especialista en aquel problema: “La preocupación es, en cierto sentido, una anticipación del acontecimiento de algo desagradable y de cómo lidiar con ello; el papel de la preocupación es el de proyectar soluciones positivas para los peligros de la vida, previniéndolos antes de que surjan”. En esa misma línea, sigue la PNL, Programación Neurolingüística, puesto que contempla el problema como un desafío y se propone analizar ese desafío buscando soluciones.
Esa preocupación constante en torno a un mismo asunto, Goleman la define como “preocupación crónica”: “Son incontrolables, generan un rumor constante de ansiedad, son inmunes a la razón y someten al que se preocupa a una única e inflexible visión del tema que le inquieta”. Goleman complementa, además: “(…); para el fóbico, las ansiedades giran alrededor de la situación temida; para el obsesivo, se fijan en prevenir alguna temida calamidad; en los ataques de pánico, la preocupación se concentra en el miedo a morir o en la perspectiva de sufrir una crisis de pánico. En todas esas condiciones el denominador común es la preocupación exagerada”. Vale la pena recordar unos de los principios de la PNL que afirma: “Todo comportamiento tiene una intención positiva”, o sea, aunque el comportamiento sea una acción negativa, en la perspectiva de quien la ha practicado tiene una intención positiva, aunque esa intención sea inconsciente. Siguiendo esta línea de raciocinio, el preocupado no es capaz de desligarse de su problema porque obtiene un provecho secundario, lo cual termina por reforzar el hábito de estar al control de la situación, puesto que permanece rumiándola en un verdadero círculo vicioso, sin que logre dejar de pensar en aquello. Goleman afirma que: “(…) el hábito de pensar se refuerza a sí mismo”. Para la PNL nuestra energía mental sigue el foco de nuestra atención. En ese contexto, si permanecemos todo el tiempo mentalizando el problema y reforzándolo con un diálogo interno desmotivador: “No sirve de nada, no lo voy a conseguir. Da lo mismo, no hay nada que hacer, etc.” no llegaremos a un resultado satisfactorio, pues estaremos desperdiciando nuestra energía mental enfocando el problema y no la solución. Goleman pone este ejemplo: “Los recursos mentales derrochados en una tarea cognitiva – la preocupación – simplemente minan los recursos existentes para el procesamiento de otras informaciones: si permanecemos preocupados con la posibilidad de fracasar en el examen que estamos haciendo, tendremos menos atención para emplearla en resolver las preguntas. Nuestras preocupaciones se convierten en profecías que se auto-concretizan, empujándonos al propio desastre que predicen”. Para finalizar, me gustaría sugerir algunas preguntas empleadas en PNL para la resolución de problemas: 1. ¿Qué hay de tan grande en este problema? 2. ¿Qué es lo que todavía no está perfecto? 3. ¿Qué estaría dispuesto yo a hacer para que sea como yo quiero? 4. ¿Qué estaría dispuesto a no volver a hacer para que sea como yo quiero? 5. ¿Cómo puedo disfrutar del proceso mientras hago lo necesario para que sea como yo quiero? (Fuentes: Inteligencia Emocional – Daniel Goleman – Objetiva y www.golfinho.com.br) Feliz lunes¡¡¡ Esta es una pregunta que muchas personas se han hecho alguna vez en la vida, comienzan a cuestionarse si podrían hacerlo de otra manera y surge lo que se llama “paradigma”. Quizás para muchos es un término nuevo, más sin embargo vivimos con muchos paradigmas… Un paradigma es un modo de ver la realidad, que nos sirve de marco o modelo de referencia. Stephen Covey en su libro de Los 7 Hábitos dice que: “El modo en que vemos las cosas (paradigmas) es la fuente del modo en que pensamos y del modo en que actuamos.
Todos pensamos que vemos las cosas como son, que somos objetivos, pero no es así. Vemos el mundo no como es, sino como somos nosotros”. Es decir que veo el mundo de acuerdo a como soy, o de acuerdo a lo que yo piense de mi. ¿Qué pienso de mí? ¿Pienso que soy un ganador en la vida o un perdedor? De acuerdo a lo que yo piense de esa manera voy a actuar. Hace siglos se pensaba que la Tierra era el centro del universo, que todo giraba alrededor de la tierra luego se descubrió que era al contrario que giraba alrededor del sol. Algunos de lo más comunes son: “No puedo cambiar”, “No puedo lograrlo”, “Funciona para otros pero para mí”, “Soy torpe”, “Soy un fracasado”… Hoy es un buen día para romper con los paradigmas que hay en tu vida. Tú puedes elegir cambiar hoy y comenzar de nuevo a vivir. Hay una reflexión que muchos conocen y es la de los cinco monos, que ilustra muy bien esto acerca de los paradigmas. Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros le golpeaban, hasta que llegó un momento en que ningún mono subía la escalera a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos, y lo primero que hizo el nuevo individuo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le propinaron una gran paliza. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tales palizas. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y finalmente el quinto de los veteranos fueron sustituidos. Los científicos quedaron entonces con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si les preguntásemos a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con seguridad la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.” Quizás te has dado cuenta que si sigues haciendo las cosas de la misma manera vas a obtener los mismos resultados. ¿Qué vas a hacer para obtener nuevos resultados? ¿Qué vas a hacer hoy para cambiar tus paradigmas? Hoy es tiempo de dejar de hacer las cosas porque siempre se han hecho así. Es tiempo de soltar lo viejo de tu vida que ha sido estorbo, como malos hábitos, malas costumbres, malos pensamientos acerca de ti. Es tiempo de vestirte de lo nuevo aprender buenos hábitos, desarrollar conducta ejemplar en el matrimonio, hogar, trabajo o negocio, es tiempo de vivir en libertad y no en esclavitud. Alguien dijo que para Dios fue mas fácil libertar a su pueblo de la esclavitud de Egipto que de la esclavitud de sus mentes.¿Cómo son tus pensamientos? Rompe con los paradigmas que hay en tu vida, Dios no hizo de ti un mono, Él te hizo a su imagen y semejanza. El te hizo un ganador, ganadora! (Fuente: renuevodeplenitud) Feliz día¡¡¡ Mira tu vida a la luz del tiempo. Millones de años han pasado y otros millones vendrán. ¿Qué es tu vida? ¿60, 70 ó 100 años? La duración de tu vida es insignificante. Ni siquiera es una gota de agua en el océano. En términos de espacio tú simplemente ¡no existes! Entender esto disuelve el ego. El ego es la ignorancia de tu realidad, ignorancia de tu existencia… Ahora que tú sabes esto, ¿tenemos que hacer algo más? Abre los ojos: “¿Quién soy yo? ¿Qué hago en este planeta? ¿Qué es mi vida?” La conciencia emergerá en tu mente, y dejarás de preocuparte acerca de pequeñas cosas como, “Esta persona me dijo esta cosa, esa persona se separa de mí y de ese suceso y yo voy a decir esto…” Todas estas insignificancias simplemente se desploman, y tú podrás vivir cada momento de tu vida.
Tu vida gira alrededor de tu realidad. Tú podrías ser feliz en la vida, con todo lo que la rodea, con sus altibajos, lo cual es muy natural. Si tenemos un cuerpo, entonces éste se resfriará, toserá, tendrá fiebre, etc., pero esto desaparecerá. Pero ten cuidado de creer que ese suceso está permanentemente establecido en ti. Si nuestro amor, nuestra fe y confianza estuvieran profundamente arraigados en nosotros, entonces otras cosas desaparecerían por si solas. ¡Cuántos sucesos han ocurrido en la vida! ¿Eres capaz de mantener tu ecuanimidad siempre? No todo en el Mundo es apacible. Si te mantienes firme con la fe como la cáscara con el grano, progresarás. Toma esta decisión: “Pase lo que pase, nunca me vendré abajo, la mano de Dios siempre estará conmigo. Mantén tu mente en paz en cualquier situación. Lo demás será atendido. Tienes que dar al menos un paso adelante, que es estar en paz y equilibrado. ¡Oh! Nada ha sucedido. Mi trabajo no ha dado fruto. Si eres capaz de sonreír en cualquier situación, entonces entenderás que ¡estas protegido! El mundo está lleno de amor. Todos tienen amor dentro de sí. Tienes que notar eso en tu mente. Tu cabeza será polvo en unos pocos años; ¡no pongas lodo en tu cabeza mientras estás aún vivo! Si revisas el contexto de tu vida, la calidad de tu vida mejorará. (Fuente: elartedevivir.es) Feliz día¡¡¡ Todos en algún momento hemos sufrido este tipo de situación: estamos en una reunión familiar, una fiesta o encuentro con amigos o simplemente en el trabajo y sentimos una sensación de rechazo de otro u otros hacia nosotros. ¿Qué es lo que nuestros instintos nos recomiendan? ¡Huir!… Sin embargo, generalmente soportamos de algún modo la situación en para mantener las pautas sociales que de nosotros esperan. Sin embargo, un reciente estudio de la revista americanaPsiconeuroendocrinología nos recomienda tomar una postura distinta a la de huir o aguantar estoicamente y con ello sufrir: se trataría de forzarnos a interactuar con los demás.
No obstante, para forzarnos exitosamente a esta interacción social en ese tipo de situaciones necesitamos niveles altos de una hormona llamada oxitocina. Probablemente no la hayas oído antes, pero ha estado ahí si en algún momento diste el pecho a tu bebé, simplemente dado a luz (además esta hormona se inyecta en el parto para favorecerlo), has estado bajo el influjo de Cupido o prácticamente cada vez que alcanzas el orgasmo. Sea como fuere, con esto puedes imaginar hasta qué punto la oxitocina es un sinónimo claro y evidente de sensación de bienestar, confort y placer. En general, y no debería extrañarnos, las expresiones de afecto y conexión humana tienen una ligazón estrecha con la producción de oxitocina. Debido a los numerosos motivos y razones que hacen de la oxitocina una hormona de efectos deseables y deseados, los investigadores han explorado métodos para poder hacerla administrable de algún modo, quizás en forma de fármaco oral o quién sabe si de modo inyectable. Por el momento, ese campo sigue siendo especulativo. Pero no hay que desesperar, puesto que sin necesidad de avances o descubrimientos de índole farmacológica el ser humano conoce ya de sobra estrategias y métodos que están y han estado ahí y que, sin saberlo antes, nos producen sensaciones positivas en gran parte porque estimulan nuestra producción de esa singular y maravillosa hormona que es la oxitocina. Además, recurriendo a estos métodos estrictamente naturales nos evitamos preocuparnos por potenciales efectos secundarios de eventuales fármacos. Si buceamos un poco en la literatura científica al respecto de la oxitocina, hallaremos tales métodos a los que me refiero. Uno de los más poderosos parece ser recibir un masaje. Sólo 15 minutos de masaje han demostrado aumentar nuestros niveles de oxitocinamientras además disminuyen dos hormonas relacionadas con el estrés (el cortisol y la adrenocorticotropina). Escuchar una canción, e incluso más acompañar la canción cantando con nuestra propia voz, son igualmente métodos de mejorar nuestro bienestar porque, como ya deduces, mejora nuestros niveles de oxitocina. Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. Discusiones aparte, lo que sí podemos afirmar con certeza es que puede ser un bastante buen amigo de nuestra oxitocina. Y es que emplear tiempo con mascotas o animales domésticos como los perros aumenta la oxitocina con una sorpresa añadida. Y la sorpresa es que esa relación animal-hombre aumenta la oxitocina en estudio controlado no sólo en los humanos sino también al menos en los perros. La más simple interacción con tu perro podría redundar en tu mayor oxitocina. Si la amistad es, sin duda, una relación de reciprocidad, ésta parece ser una muestra. El yoga siempre se ha tenido como una práctica que produce efectos relajantes y de sensación de equilibrio y armonía. Baste calibrar esta afirmación con el hecho de que el yoga es capaz de aumentar de manera medible la oxitocina. La relación última y final de todas estas actividades es que promueven estados de bienestar, armonía así anímicos y emocionales positivos. El hombre, ya lo decía Aristóteles, es un ser social. Emplear tiempo con amigos, familiares y conseguir apreciar esa conexión e interacción humana tiene un impacto positivo en nosotros y nuestra mente. Puede que no haga falta tener que buscar e indagar muchas más explicaciones a estos mecanismos. Llamémoslo oxitocina. Por cierto, acabaría este artículo mandándote un abrazo si no fuera porque los virtuales no sirven. Son los abrazos de verdad los que producen… ¿qué? ¡Exactamente, oxitocina! (Fuente: naturarla.es) Feliz día¡¡¡ Dejemos que hable la voz de la sabiduría… “Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo: -Me han dicho que tú eres sabio…. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas.
El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo. Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido. Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.” Feliz día¡¡¡ El día empieza bien: Te pones a trabajar a tu hora y avanzas a buen ritmo. Pero, por alguna razón, te has quedado a medio gas cuando todavía tienes por delante tareas importantes que terminar… Eso sucede. Una simple discusión puede desestabilizarte anímicamente. Una interrupción inevitable quizás rompa tu concentración.
Pero ahí estás tú para retomar el timón de la productividad en esas situaciones. ¿Cómo hacerlo? Ahí van estas ideas, para que las pruebes: (1) Reinicia el sistema ¿El de la computadora? No, el tuyo.Date un breve respiro que te ayude a reencontrar la serenidad que necesitas para volver a trabajar: Estírate, da un breve paseo, abre la ventana para saludar al paisaje o ve a la cocina a por un vaso de agua. Sí, descansa unos minutos. Así recuperas energía y enfoque. (2) Elimina distracciones potenciales- Ya que te has dispersado es más fácil caer en la procastinación, dejándote llevar por distracciones como: pasear por Facebook o por otra página, mirar la tele, etc. Ahora mismo, tienes dos alternativas: (1) Dedicarte a pasarlo bien (sin culpa) o (2) seguir con tus tareas. El camino de en medio consiste en distraerte mientras te recuerdas continuamente que tienes cosas pendientes. Con lo cual, ni trabajas ni descansas a gusto. ¿Has elegido la segunda? Entonces, aparta de ti cualquier cosa que pueda distraerte: silencia el teléfono, apaga la tele, cierra el navegador de Internet, échale el cerrojo a la puerta, etc. (3) Elige lo esencial. Con la ruptura del ritmo, quizás no puedas terminar todo lo que tenías previsto. Por lo tanto, habrás de seleccionar lo más importante: una o dos tareas que son prioritarias. Céntrate en ellas y deja el resto. (4) Engaña a tu cerebro. Tu cerebro es un comodón (como el mío). Cuando está disperso, suele preferir cualquier cosa antes que trabajar… y tratará de convencerte para que te apartes del deber. Antes de que él te convenza a ti, contraataca:
(5) Termina lo más pronto posible. El objeto de eliminar las distracciones y de convencer a tu cerebro para que se deje de tonterías y entre en materia de una vez es uno: terminar lo antes posible. Cuando termines podrás divertirte a tus anchas. De hecho, es recomendable que lo hagas. Pásalo muy bien, aunque sea un ratito. Porque eso te ayudará a ser más productivo mañana. Y, desde luego, descansa. Duerme tus horas. Así es más fácil mantener la productividad y, también, retomar el ritmo cuando pierdes el compás. Lo anterior me funciona a mí en esos días de traspiés. Espero que alguna ideílla te pueda ser útil. (Fuente: Tus buenos momentos) Feliz día¡¡¡ Aceptar y dejar ir, significa dejar de pelear con la vida, aceptando a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se den, incluidas las decisiones y acciones del pasado, lo malo, así como lo bueno. Implica saber renunciar, a no aferrarnos a aquello que la razón nos dice es, en nuestras circunstancias, imposible o muy costoso de lograr. Si dejamos de luchar y de resistirnos a lo inevitable, viviremos plenamente el presente, permaneciendo abiertos a todas las opciones sin aferrarnos rígidamente a ninguna de ellas. Esto estimula la capacidad de dar respuestas creativas a la existencia, tal como es en el aquí y en el ahora… ¿Cómo saber cuándo es bueno luchar y cuándo aceptar y dejar ir? Una conocida oración, de San Francisco de Asís, Dame serenidad Señor, para aceptar las cosas que yo no puedo cambiar”, serenidad para aceptar, pero también dame valor, para poder cambiar las que puedo, y dame la sabiduría que hace falta para saber la diferencia. En ella, se pide a Dios fortaleza para aceptar lo que al cambio se resista, fortaleza para transformar lo modificable y sabiduría para reconocer la diferencia.
Muchas veces, muchas personas desperdician la mayor parte de su vida lamentándose de lo que pudo haber sido y no fue, viviendo en la nostalgia y la melancolía, viviendo en el pasado. Apegados a un recuerdo, un incidente que nos causó dolor o idealizando una vida pasada o una persona en nuestra vida, que en realidad no fue tan maravillosa como tú ahora la añoras. Podemos liberarnos de esos lastres y trabajar para nuestra felicidad, para sentirnos plenos, vitales y felices. ¿Y cómo es que vamos a hacer eso, te preguntarás? Cambiando nuestra actitud y la forma en que vemos las cosas que nos rodean y las que nos suceden, escogiendo cómo nos vamos a sentir o reaccionar frente a los eventos, personas etc... En el caso de Wayne Dyer, cuando fue entrevistado por Anthony Robins, él le contó una historia sobre la ausencia en su vida de su padre alcohólico, que lo abandonó cuando él era pequeño y como su madre le hablaba siempre mal de él. Un día ya adulto decidió ir a buscarlo y buscó rastros y huellas de su padre hasta que cuando por fin dio con él, fue en un cementerio. Ahí, Dyer se dio cuenta de que la ausencia de su padre en su vida fue en realidad un acto de amor, porque él ( el padre) sabía en su corazón que no estaba capacitado para brindarle felicidad e irse fue un reconocimiento de ello. Si enmarcamos esta historia y la integramos a la fe, sabemos que todo sucede por algo, que existe un orden divino y que se manifiesta de maneras que en el momento no podemos entender, pero que luego a la larga si lo hacemos. De hecho, los psicólogos establecen cinco etapas que atraviesa el ser humano ante la pérdida en el proceso de aceptación. “En este sentido el duelo no solo se presentaría frente a la muerte de un ser querido, sino también con relación a situaciones que impliquen la evidencia para el sujeto de una falta, o de algo que ha de dejar atrás y que no volverá a recuperar, pero que deja siempre un recuerdo”. .” Esta definición corresponde a lo que hoy conocemos como duelo normal, sin embargo existe una forma particular de vivir el duelo que S. Freud llamó melancolía, en este caso el deudo se siente empobrecido y la pérdida es experimentada en el propio Yo. Ahora es un momento de reflexionar:
Pues, ¡libérate ahora! Todo está en la manera que decidas ver las cosas, que seas generoso contigo y con los demás. Que alguien no desee continuar con la relación contigo, no necesariamente es tu culpa ni te deroga, simplemente la vida te está regalando una nueva oportunidad de vivir una experiencia nueva. Aprovéchala, la vida te sucede ahora y es lo que te pasa por el lado mientras tú pierdes el tiempo envenenándote de coraje y resentimiento y dolor, atrévete a ser feliz, es tu responsabilidad indelegable, compromete con tu felicidad y plenitud hoy. Vale la pena sentirse libre de todo ese veneno que nos sembraron alguna vez. No merece que sigamos recordándolo por el resto de la vida, ¡pasa la página! Fuente y autora: María Marín Feliz día¡¡¡ La parábola del colibrí nos invita a una profunda reflexión… El bosque esta en llamas y
mientras todos los animales huyen para salvar su pellejo, un Picaflor recoge una y otra vez agua del río para verterla sobre el fuego. “¿Es qué acaso crees que con ese pico pequeño vas a apagar el incendio?” -le pregunta el León.” Yo se que no puedo solo -responde el pajarito- Pero estoy haciendo mi parte “. (Autor: Betinho) Feliz viernes¡¡¡ Seguramente, hoy te comunicarás con las personas de tu entorno. Muchas o pocas, las conversaciones serán variadas. ¿Y la que vas a tener contigo mismo? ¿Cómo será ésa?... ¿Qué te dices a ti mismo? ¿Te escuchas? ¿Contestas con respeto? ¿A qué mensajes das más importancia?
Tú eres una de las personas con las que más “hablas”. Y esa charla te influye. Como resultado de la misma, unas veces sales de casa poniéndote el mundo por montera. Otras, con los ánimos por los suelos o con el mal genio dispuesto a saltar a la mínima provocación. Las conversaciones contigo mismo no se quedan sólo dentro de ti. También afectan a tu actitud y a cómo te perciben los demás. Y no. No voy a decirte que antes de salir de casa te mires al espejo diciéndote que eres un rayito de sol y que no hay nadie más guapo/a ni más chulo/a en el reino. Menos todavía, en esos días en los que estás tan de malas que no quieres ni que el sol te alumbre. Eso sí. Puedes elegir entre tu repertorio conversacional bastante más que repetirte los defectos que tienes o los fallos garrafales que has cometido. Puedes elegir algo más positivo: Hablarte con humor; no tomarte tan a la tremenda; celebrar los detallitos buenos que encuentres al paso… Esas cosas. Sé creativo. Tampoco olvides prestar atención. Porque muchas veces a tu “yo interno” se le va la pinza. Y, sin que tú le des la palabra, comienza a contarte historias de lamentos, de fracasos, de nubarrones que se acercan… Como si hubiera apretado solito el botón del drama y no quitase el dedo del mismo. Tú, pendiente. Invítale amablemente a que se relaje. Y, cuando ya esté en plan más receptivo, háblale de temas diferentes. Háblale de oportunidades, de posibilidades, de amor, de humor… En resumen: Cuando puedas elegir (que es casi siempre) dite cosas que te eleven o, en todo caso, que no te hundan. Y, como en una conversación, escucha también lo bueno que tu “yo interno” tenga que decirte. (Fuente: Tus buenos momentos) Feliz día¡¡¡ |
AutorÁngeles Prol Archivo
Junio 2017
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