Lo bueno de un problema es que casi siempre tiene solución, lo interesante es que es un obstáculo que hay que saber superar con nuestras propias habilidades y que siempre nos dejará una enseñanza y nos ayudará a crecer como personas. Un problema o una dificultad es como una oveja disfrazada de lobo, impresiona al principio, pero sólo es cuestión de saber dominarlo con nuestras propias destrezas y habilidades... A veces un cambio de enfoque es el primer paso hacia la solución. Ver las cosas desde otro punto de vista, puede generarte muchos dividendos.
Tres cosas sencillas que puedes hacer para ver todo con nuevos ojos: 1.- Céntrate en tus cualidades y no tanto en tus defectos: Estar todo el día viendo los defectos o complejos que tienes, sólo te puede conducir a hundirse o deprimirse. Todas las personas tienen aspectos o cualidades positivas, piensa en las tuyas y sácales provecho. 2.- Habla de lo positivo de las cosas: Seguramente habrá muchas cosas que te vayan mal, pero probablemente también veas cada día cosas buenas. Concéntrate en ellas, dales un mayor espacio en tu mente. Procura hablar de lo bueno de las personas, de lo bueno de su trabajo, en vez de centrarse en lo malo, o en los defectos de las personas, de este modo verás como a la vez que tu actitud es positiva, te sientes mejor contigo mismo. 3.- No pienses en obstáculos sino en triunfos: Piensa en los obstáculos que la vida te pone como retos, como pasos adelante. Considera cada paso bien dado como un triunfo. Cada problema superado es un paso adelante, algo de lo que se puede aprender. Busca siempre el aprendizaje y el avance. Continúa mirando hacia lo que quieres conseguir. Feliz martes¡¡¡
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Junio 2017
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