“He de estar alucinando, parece que las paredes del iglú se estrechan”. Esto pensó un explorador que viajó hasta la Antártida para realizar una investigación, y ante la amenaza de una fuerte tormenta se refugió en un iglú donde permaneció unos días.
Sin embargo, el pensamiento de que las paredes se acercaban lo invadía cada vez con mayor frecuencia hasta que se dio cuenta de que no alucinaba, en efecto, las paredes del iglú se aproximaban cada vez más a él, pues, como descubrió, la humedad de su propia respiración se adhería al hielo y lo engrosaba. La ironía lo hizo reír: “Si no salgo pronto de aquí, lo que es mi refugio se convertirá en mi tumba. Feliz martes¡¡¡
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Junio 2017
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