Cuando nos comprometemos profundamente con algo, a menudo, surge una barrera, la de las lealtades equivocadas, esos vínculos ocultos que nos mantienen atrapados en el pasado… Algunas personas no alcanzan nunca el nivel de sus posibilidades a causa de una lealtad inconsciente a un padre o una madre fracasados y dolidos. Por eso es tan importante no confundir los dramas e historias personales con las acciones necesarias para alcanzar nuestras metas y objetivos.
Todos tenemos problemas y dramas personales algunos como genios incomprendidos o héroes ocultos temerosos de dar el gran salto. Independientemente de si nuestra historia es una comedia o una tragedia, lo que es más importante es saber diferenciarla de lo que hay que hacer en un determinado momento. Son dos categorías distintas: tu historia y lo que hay que hacer en una situación dada. Muchos de nosotros boicoteamos nuestros progresos por mezclar nuestra historia personal con la acción que debemos emprender en ese momento. Cuando nos sentimos confusos respecto a lo que debe hacerse, la causa hay que buscarla a menudo en que somos esclavos de una vieja versión de nosotros mismos. La pregunta clave aquí sería: ¿A quién estas siendo leal al no hacer lo que tienes que hacer? Feliz jueves¡¡¡
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Seguro que te has fijado en que hay personas con un gran radar sensorial, que parece funcionar mejor que el de los demás. Aunque puede que algunos tengan algún don especial en esta materia, la intuición puede aprenderse y desarrollarse… No se trata de aprender una nueva técnica, sino de no subestimar todo lo que ya hemos ido viendo a lo largo del camino. La gente es intuitiva de una manera orgánica; venimos “equipados de fábrica”.
A la intuición hay que alimentarla. En primer lugar, lo más importante es ponerla al descubierto, para que pueda vivir y respirar. Como es algo innato, no hay que hacer nada para ser más intuitivos, se trata más bien de despejar el terreno de las cosas que impiden su uso y su apreciación. Y el miedo es el primero que debemos eliminar. El miedo engendra proyecciones, que son enemigas de la intuición. A medida que intentamos aguzar nuestra intuición, debemos aprender a distinguirla de lo que son las voces que surgen del miedo. Es posible que tengas un pensamiento como: “No debo ir a tal sitio mañana”. ¿Se trata de algún pensamiento provocado por algún miedo a algún lugar, persona o acontecimiento? ¿O es una intuición genuina de que ese viaje será improductivo? Solo hay un modo de averiguarlo: empieza por reconocer cuáles son tu miedos. Descubre qué aspecto adoptan tus pensamientos basados en el miedo y aprende a captar la diferencia entre éstos y las corazonadas intuitivas. Es cuestión de práctica. Feliz miércoles¡¡¡ Las ideas nuevas pueden resultar amenazadoras y contradecir el orden establecido. Por ello, son muchas las personas que tienen un mecanismo en su mente – un perro ladrador- que las previene en contra de todo lo que es extraño e innovador… A menos que esa idea nueva encaje limpiamente con lo que tienen entre manos, la típica reacción será “no funcionará”, “no lo entiendo”, “¡es una tontería!”, pero no, “¡eh, qué gran ocurrencia!”
Muchas de las grandes innovaciones de la historia fueron recibidas con grandes ladridos. Por ejemplo, cuando el astrónomo Johannes Kepler descubrió y enunció que los planetas describen órbitas elípticas, nadie le tomó en serio. En el siglo XIX, el físico húngaro Ignaz Semmelweiss se ganó el resentimiento de sus colegas cuando les sugirió que podrían reducir la cantidad de infecciones de los pacientes, simplemente lavándose las manos con agua clorada antes de examinarlos: sus compañeros de profesión consideraron sus palabras como una acusación de “llevar la muerte en las manos”. Cuando el compositor Igor Stravinsky presentó por primera vez su ballet La consagración de la primavera, con sus extrañas armonías y ritmos primitivos, tuvo que soportar los insultos de una audiencia amotinada. También nosotros tendemos a ladrar a las ideas de otros, en especial si estas se salen de los esquemas habituales. Está claro que hay un montón de malas ideas que es mejor evitar, pero si nunca abandonamos una actitud crítica, tal vez nos perdamos la oportunidad de explorar cosas que son nuevas o excéntricas pero buenas ideas. Hoy os propongo la siguiente reflexión: ¿A qué tipo de ideas sueles ladrar sin detenerte a pensarlo? ¿Qué aspectos de tu situación actual se verían beneficiados de un cese temporal de tus críticas? (Fuente: Roger Von Oech, “Esperar lo inesperado”) Feliz martes¡¡¡ Juliana siempre se caracterizó por ser una niña muy soñadora. En ocasiones empezaba a pensar a qué quería ser cuando fuera grande – los niños y su extraño y enigmático afán de crecer – la respuesta a su pregunta era sencilla, cosas como reina, modelo y por el estilo… Todo era tan sencillo para ella, pues no le faltaba nada y no tenía preocupación alguna; así es la vida de los niños privilegiados, que a propósito en nuestro país no son precisamente una mayoría.
La infancia no es una etapa hermosa para todos los niños, no para quiénes deben aguantar hambre y pasar necesidades, ni mucho menos para aquellos que en vez de jugar y estudiar deben pedir dinero en un semáforo o empezar a delinquir. Pero no era el caso de ella y en ese momento no era consciente de ese tipo de cosas, era tan solo una niña inocente que no sabía cómo era el mundo que la rodeaba, no se imaginaba la magnitud de las cosas. Con el paso de los años y como es entendible la mentalidad de Juliana fue cambiando, creció y no sabía con claridad qué hacer con su vida, pues ya miraba las cosas desde una perspectiva diferente. Ya no soñaba con ser una reina de belleza o de un castillo, dejó de hacerlo cuando empezó a madurar un poco y no es que pensar eso sea malo, pero, el qué quiere ser cada persona cuando sea grande debe estar fuertemente ligado a un sueño que nazca desde el fondo de su corazón y claramente ese no era, aún no lo había encontrado, pero no faltaba mucho para que lo hiciera. Pasaba días pensando la carrera que quería estudiar y empezó a mirar aquellas cosas que le gustaban o para las que era buena; pero un día encontró una que abarcaba esos dos aspectos e incluso uno que es mucho más importante, encontró aquello que además de gustarle y poseer las habilidades para realizarlo, le apasionaba… Al empezar reflexionar acerca de la realidad social, las problemáticas que abundan en la sociedad en la que vivimos, en todos los sentidos; encontró su sueño. Al darse cuenta que vivimos en una sociedad de porquería en la que hay pocas cosas rescatables, algo que ella jamás hubiese imaginado cuando era una niña; al chocarse de manera inminente con esta realidad, supo para que había nacido. Sencillo, estaba inconforme con la sociedad, con su manejo, consideraba que había mucha ineficiencia me el gobierno y muchas ignorancia en el pueblo, no se trataba de esas personas que simplemente se quejan de todo y no les gusta nada, sino de aquellas que sabían que los hechos valen más que las palabras, pero que sin embargo el saber usarlas es algo muy valioso y le serviría mucho a lo largo de su vida; quería hacer algo al respecto. Entonces, sabía que si no llegaba alguien que quisiera cambiarlo y estuviera dispuesto a todo por hacerlo, las cosas iban a seguir igual siempre y ella quería un cambio, lo necesitaba y pretendía llegar a marcar la diferencias pues cree fervientemente que las personas que la sociedad suele marcar como diferentes, son aquellas que dejan huella y marcan un antes y un después. Así es como ahora estando a punto de graduarse tiene un sueño, una motivación para esforzarse fuertemente más allá de las dificultades que se le puedan presentar y que a propósito ella sabe que son muchas, ya que se va a mover en un medio bastante pesado y complicado y que siempre ha criticado fuertemente; pero lo más importante es que es una joven con convicciones que sabe que no se dejará influenciar por quiénes la rodean si es para mal, no dará su brazo a torcer y sobre todo en medio de las adversidades y la lucha constante que tendrá día a día por transformar la sociedad para bien, será feliz. Ella sabe que alcanzará su felicidad y será una mujer exitosa, pues la clave del éxito está en hacer aquello que nos gusta y si amas lo que haces, serás una persona feliz, de eso no cabe duda. Es por eso que cuando Juliana se pregunte ¿ Qué pensaría el niño que fuiste del adulto que eres ahora? Ella podrá responder – Se sentiría muy feliz y orgullosa de ver todo lo que he logrado y saber en la clase de persona y mujer que me he convertido. Y eso debería ser algo que busquen todas las personas cuando crecen y escojan que hacer el resto de sus vidas. Cada quien es dueño de su propio destino, sin embargo las cosas pueden cambiar y no sabemos que puede llegar a pasar el día de mañana. Pero algo es seguro y es que ahora que Juliana encontró su sueño y está dispuesta a luchar por él, va a cumplirlo. Porque hay cosas fundamentales en la vida y soñar es una de ellas, tal vez haya muchas más – ni siquiera es necesario hacer uso del “tal vez” porque sabemos con seguridad que sí las hay- pero éstas, son las que realmente nos mantienen vivos. (Fuente: Juliova, alumno concurso de cuentos “El Futuro en nuestras manos”) Feliz lunes¡¡¡ ¿A menudo sientes ganas de hacer algo, pero nunca tienes el valor para hacerlo? ¿Estás cansado o te sientes muy débil incluso para hacer las cosas más básicas? ¿Parece como si siempre hubiera algo que te detiene para hacer lo que quieres, o siempre esperas algo o alguien que te dé un “empujón” antes de actuar? Ser muy pasivo puede impedirte llevar tu vida en la dirección que quieres. Aquí tienes varias formas de superar la pasividad y construir tu propio camino en el mundo... Pasos para salir de un estado pasivo:
1.- Comprende por qué sueles actuar de forma pasiva. La pasividad tiene varias causas: la falta de fuerza voluntad, la falta de confianza, la falta de estímulos por parte de otras personas, la negatividad, la pereza, la falta de los medios necesarios, etc. Piensa en la forma en la que sueles actuar cuando estés a punto de hacer algo. Si hay algo que te impide realizar la acción, piensa en la primera cosa que venga a tu mente. Observa las diferencias sutiles entre las distintas causas. Ten en cuenta; que en ocasiones las causas de la pasividad pueden estar combinadas. Mientras más situaciones de éstas te afecten, más difícil será que puedas hacer algo.
3.- Gana confianza: Deja de convencerte de que no puedes hacer algo antes de intentarlo; nunca se puede saber cómo saldrán las cosas. Prueba este ejercicio mental simple, pero muy útil: si sabes que hay una alta probabilidad de que algo suceda, desea que sea así. Cuando suceda, te sentirás mejor sólo por saber que estuviste en lo cierto. Puede sonar algo tonto, pero ayuda mucho para fortalecer tu confianza. Practícalo con frecuencia; aumenta tus expectativas de que algo bueno pase, y mejora así tu confianza. 4.- Motívate: Tienes fuerza de voluntad; tienes confianza; ahora todo lo te hace falta es una razón para hacer algo. Piensa en tus más grandes deseos e imagina que se hacen realidad. Fíjate un par de metas, y concéntrate en alcanzarlas. Fijar metas constantemente mantiene viva la motivación. 5.- Pide ayuda si la necesitas. En ocasiones tener alguien que nos entienda y nos apoye nos hace sentir mejor, y con ganas de hacer más. Debe haber alguien cercano a ti en que puedas confiar; háblale sobre tus deseos y expectativas, y dile que quieres que esté ahí cuando lo necesites. Incluso si la persona no puede hacer mucho para ayudarte, el sólo hecho de saber que no estás solo te hará sentir mucho mejor. Si tienes que hacerlo, dile qué tipo de apoyo necesitas; algunas personas no entienden que si les hablas sobre algo es porque buscas apoyo real sobre el tema, no sólo apoyo moral. 6.- Sé más positivo: Deja de preocuparte tanto sobre todo y deja de pensar que las cosas no van a salir bien. A menos que todo el universo esté conspirando en tú contra (y no es así), las acciones positivas por lo general darán buenos resultados. Puede que no seas la persona con más suerte del mundo, pero siempre habrá formas de mejorarla. 7.- Comprende qué cosas necesitas para hacer algo, e intenta conseguirlo. No apuntes a metas irreales; por ejemplo, no sueñes con ser el mejor jugador de baloncesto de la historia si eres muy bajo, o con ganar más dinero que Bill Gates si eres extremadamente pobre. Sé realista con tus expectativas. Si no tienes los medios para hacer algo, pero puedes conseguirlo, no lo dudes y empieza a trabajar para conseguir lo que necesites. 8.- Haz algo. Es bastante obvio; quedarse acostado todo el día en el sofá no te llevará a ninguna parte. Cualquier acción necesita de un esfuerzo mínimo; incluso para caminar necesitas mover tus piernas; no se puede hacer nada sin esfuerzo. 9.-Actúa con confianza: Necesitas creer en ti mismo con el fin de conseguir lo que quieres. No te juzgues con demasiada severidad; todo ser humano es bueno en algo. Haz un lista con todos los logros que has conseguido hasta ahora. No tiene que ser un currículo impresionante; incluso una actividad pequeña como lavar los platos cuenta. 10.- Conoce el lado positivo del cambio. El cambio hace que nuestra vida sea más emocionante, nos permite experimentar cosas nuevas, nos hace entender los diferentes estilos de vida y puntos de vista, nos ayuda a superar nuestros problemas y nos refresca, haciéndonos sentir animados y llenos de vida. Cuando empieces a disfrutar de un cambio mayor en tu vida, sentirás ganas de hacer más cambios. 11.- Sé más disciplinado. Si eres disciplinado, es menos probable que falles en hacer lo que quieres. Si no puedes auto-convencerte de hacer algo, te podría ser útil que te fuerces a hacerlo bajo circunstancias externas. 12.- Nunca pienses que no puedes hacer algo. Sé fuerte, intrépido, asertivo y perseverante en todas tus metas. 13.-Haz tu vida más emocionante. Si no tienes una vida emocionante, se entiende la razón por la que actúas de forma pasiva; cualquiera que esté aburrido con su vida carece de entusiasmo y medios para avanzar. Intenta agregarle un poco de emoción a tu vida; consigue una nueva vida social, sal con más frecuencia, prueba un nuevo hobby. (Fuente: WikiHow) Feliz jueves¡¡¡ Vivimos rodeados de reglas y normas que controlan nuestro pensamiento porque a simple vista parecen muy correctas y eso oculta una multitud de soluciones también válidas o geniales que están fuera de ellas… A veces, las grandes soluciones sólo se encuentran rompiendo las reglas porque están fuera del pensamiento generalizado y el único obstáculo somos nosotros y el sentido común.
Si se analiza el pensamiento de Einstein se llega a la conclusión de que es una técnica que podemos conseguir imitar y que consta de los siguientes pasos: 1- Detectar el problema correcto A veces, lo que tenemos son problemas equivocados o no están planteados de la forma correcta. Una idea nueva y genial está tan fuera de nuestro pensamiento cotidiano que la confundimos con una no solución o una no gran idea, pero cuando sabemos exactamente lo que buscamos, las probabilidades de reconocerla aumentan. 2- Romper el molde Considerar cualquier cosa, por muy absurda y estúpida que parezca a veces nos ayuda a salirnos del camino y a generar nuevas ideas, ideas que de partida hubieran sido imposible de alcanzar a no ser por las ideas absurdas. 3- Romper la regla Cuando considerado todo lo posible no alcanzamos una solución, entonces sólo tenemos un camino, considerar lo imposible: romper reglas. 4- Cultivar la solución No desesperes si al alcanzar la idea brillante la solución no viene de la mano, las soluciones también hay que cultivarlas con esas ideas semillas que necesitan de trabajo creativo. No olvide que las grandes ideas, cuando llegan por primera vez son rechazadas por todo el mundo. A los hermanos Wright les costó años que alguien se interesara por su aeroplano después del éxito de su primer vuelo, pero cambiaron el mundo! (Fuente: queaprendemoshoy.com) Feliz miércoles¡¡¡ Cuentan que hace muchos años vivía un califa avaro y cruel que sentía verdadera pasión por las apuestas. Se decía que sólo apostaba cuando tenía la certeza absoluta que iba a ganar. Y para ello imponía las condiciones de la apuesta para asegurarse que siempre la victoria. Una mañana, al salir a uno de los patios, vio una enorme pila de ladrillos. Al instante gritó: “¿Quien quiere apostar conmigo?”. Ninguna de las personas que estaban en el patio respondió dado que conocían sus temibles condiciones a la hora de apostar.
El califa enfadado por el silencio de las personas ante su ofrecimiento, volvió a decir: ” Apuesto a que nadie es capaz de transportar esta pila de ladrillos con sus manos de un lado al otro del patio antes de que el sol se ponga”. Un joven albañil que se encontraba ahí, le preguntó :”¿Cuál sería la apuesta?” “Diez tinajas de oro si lo consigues”, le respondió el califa. “¿ Y si no lo consigo?”, le preguntó el joven albañil. “Entonces te cortaré la cabeza”, le contestó el califa. El joven albañil, tras dudar unos minutos, le contestó: “Acepto la apuesta con una condición: podrás detener el juego en cualquier momento y, si lo haces, sólo me darás una tinaja de oro”. El califa, sorprendido por la condición impuesta por el joven y tras meditarlo para tratar de encontrar donde estaba la trampa, aceptó la condición solicitada por el joven albañil. Y la apuesta empezó. El joven empezó a transportar los ladrillos con sus manos y tras una hora de trabajo, sólo había transportado una pequeñísima parte de los ladrillos. Y sin embargo, sonreía. “¿Por qué sonríes?”, le preguntó el califa. “Está claro que vas a perder la apuesta. Nunca lo conseguirás”. ” Te equivocas”, le contestó el joven albañil.“Estoy seguro de que voy a ganar” “¿Cómo es eso posible?”, le preguntó el califa sorprendido. “Porque te has olvidado de algo muy sencillo y por eso sonrío”, contestó el joven albañil y siguió transportando los ladrillos. Ante esa respuesta, el califa empezó a inquietarse. ¿se habría olvidado de algo? la condición parecía sencilla y era imposible poder transportar los ladrillos en el día. Harían falta varios hombres más. Al cabo de varias horas, el califa le volvió a preguntar al joven albañil si seguía convencido de ganar. La respuesta fue la misma acompañado de una gran sonrisa. El califa se sentía cada vez más agitado. ¿Cómo era posible que fuese a ganar?. Empezó a sudar ante la posibilidad de perder la apuesta y 10 tinajas de oro. Consultó con varios matemáticos, astrólogos y todos le dieron la misma respuesta: es imposible que un sólo hombre pueda cumplir la apuesta. A medida que iba pasando el día, el califa se sentía cada vez más turbado, pese a que la pila de ladrillos estaba casi entera. Estaba claro que no iba a ganar la apuesta, entonces ¿por qué sonreía?. ” ¿Por qué sonríes?“, le preguntó nuevamente el califa cuando quedaba ya unas pocas horas para que se escondiese el sol. El joven albañil, pese al cansancio, le respondió: “Sonrío porque voy a ganar un tesoro” “Eso es imposible”, le dijo el califa. “El sol está en la segunda mitad del cielo y la pila de ladrillos es muy alta todavía”. “Has olvidado algo muy sencillo”, le contestó nuevamente el joven albañil. “¿Qué me he olvidado?, le preguntó el califa consumido por la posibilidad de perder. “¿Quieres detener el juego, entonces?”, le contestó el joven. “Eso significará que habré ganado la apuesta y habrás perdido una tinaja de oro”. “¡Sí, sí!, ¡dime qué me he olvidado!. ¿Es algo sencillo?”, le preguntó el califa. “No has prestado la suficiente atención a la condición que puse”, le dijo el albañil. “Pero si no he hecho otra cosa que pensar en ello”, protestó el califa. “Sí, pero sin comprender que para mí una tinaja de oro es un inestimable tesoro. Desde el principio sabía que no podía ganar la apuesta pero yo sólo quería una tinaja. Y tu te jugabas 1o tinajas “, le dijo el joven. “Te has olvidado de lo más sencillo”, prosiguió el joven. “Te has olvidado de que podías perder la confianza en ti mismo”. Que tu nunca pierdas tu confianza en ti mismo¡¡¡ Feliz martes¡¡¡ Para los que conocéis los libros y audios de Abraham Hicks, os dejo este audio-vídeo doblado al español y espero que os inspire para disfrutar de esta Semana Santa… Feliz Semana Santa¡¡¡
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AutorÁngeles Prol Archivo
Junio 2017
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