Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nuestros hábitos controlan en gran parte las palabras que decimos, las cosas que hacemos y las formas en que reaccionamos y respondemos. Tu mañana no va a cambiar hasta que no cambies algo de lo que haces hoy... Y la gran pregunta es: ¿Qué estás haciendo diariamente que tienes que cambiar?. ¿Qué debes hacer?, o más importante todavía, ¿Qué debes deshacer?. La columnista Abigail Van Buren, bromeó un día diciendo: “Un mal hábito nunca se va por sí mismo. Siempre es un trabajo de deshágalo usted mismo”.
Así volvemos a la pregunta del post de hoy: ¿Qué estás dispuesto a cambiar de lo que haces hoy para cambiar lo que harás mañana? Al final el trabajo duro, es la acumulación de pequeñas cosas fáciles que no hicimos cuando deberíamos haberlas hecho; en palabras de John C. Maxwell, si tomas las decisiones correctas cada día, día tras día, verás los resultados. ¿Cómo hacerlo?, bien, hay 3 decisiones que tomamos constantemente y que determinan nuestros resultados: 1.- En qué te enfocas ante los problemas: en el problema o en las posibles soluciones; en las veces que fallaste o en la posibilidad de acertar; en las circunstancias o en la visión a largo plazo… 2.- Qué significado le das a las cosas: pérdida u oportunidad de ganar; fracaso u aprendizaje; pasado o sabiduría; lentitud o maduración… 3.- Cómo etiquetas las circunstancias: crisis o cambio; estancamiento o preparación; soledad o libertad… Si reflexionas a cerca de las decisiones que tomas a diario, seguro que te resultará fácil encontrar algo que puedes cambiar hoy, ahora mismo, y eso cambiará lo que harás mañana. Feliz miércoles¡¡¡
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Junio 2017
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