Los pensamientos son muy poderosos, afectan tu actitud en general. La actitud que tienes en cierto momento se refleja en tu apariencia, a menos, que seas un muy buen actor y afecta a las personas que te rodean... Los pensamientos positivos tienen un efecto satisfactorio. Nos llenan de vigor. Además, las personas que se encuentran al rededor de quien tiene una actitud positiva, también son energizadas positivamente.
En contraste, los pensamientos negativos tienen un efecto de avalancha en las personas, pueden convertir la alegría de un festín en la amargura de un funeral. Una actitud positiva, atraerá a las personas, mientras que la actitud negativa usualmente las aleja. La gente tiende a guardar distancia de aquellos que llevan una actitud negativa. Si quieres tener una actitud positiva, debes implantar en tu mente pensamientos positivos. Esta es probablemente una de las tareas más difíciles hoy en día, con todos los medios de comunicación bombardeándonos con información negativa. Si quieres tener una perspectiva más sana en tu vida, debes pensar cosas positivas, felices, y debes escuchar (o leer) por lo tanto a personas positivas. Entonces… que puedes hacer? Bueno, para comenzar, podrías ver una película graciosa, jugar con niños, contar chistes con amigos… etc. Todas estas actividades te llenarán de estímulos positivos, lo que luego genera una respuesta positiva por tu parte, y por tanto una actitud positiva. Aunque es imposible mantenernos alejados de los pensamientos negativos que nos rodean, es posible vivir con una actitud positiva enfocándose en las cosas buenas de la vida, las cosas positivas. Nadie ha dicho que sea fácil. Debe ser un acto consciente de elección. Tan simple como decidir “quiero esto, y no quiero aquello” y mantenerte firme en tu elección sin dejarte llevar por los automatismos de los hábitos. Toma el control de tu mente y ganarás en salud y felicidad. Feliz lunes¡¡¡
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Junio 2017
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