San Antonio vivía en el desierto, cuando se aproximó un joven…– Padre, vendí todo lo que tenía y di el dinero a los pobres. Solo guardé unas pocas cosas para que me ayuden a sobrevivir aquí. Me gustaría que me enseñara el camino de la salvación.
San Antonio pidió al muchacho que vendiese también las pocas cosas que había guardado y con el dinero obtenido comprase carne en la ciudad. Al regreso, debía traer la carne atada a su cuerpo. El muchacho obedeció. Al regresar, fue atacado por perros y halcones, que querían un pedazo de la carne.
Autor: Paulo Coelho Feliz viernes¡¡¡
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Junio 2017
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